Al practicar estas posturas, no solo aliviamos la tensión física acumulada, sino que también facilitamos el flujo de emociones que se quedan atrapadas en el cuerpo.

El yoga ayuda a calmar la mente, regular las emociones y fomentar la gratitud y el optimismo.

El fin de año puede ser desafiante para quienes enfrentan problemas emocionales como ansiedad, estrés y depresión.