Mysore Yoga: Práctica personalizada, en un entorno grupal
El estilo de yoga Mysore es una modalidad de la práctica de Ashtanga Yoga, que destaca por su enfoque personalizado, dentro de un entorno grupal, donde cada practicante puede avanzar a su propio ritmo, con ajustes y orientación individualizados.
El estilo Mysore de Ashtanga Yoga proviene directamente de la enseñanza de Sri K. Pattabhi Jois, en la ciudad de Mysore, India, de donde surge su nombre. Jois comenzó a enseñar yoga en 1937 y su estilo de enseñanza evolucionó para permitir a los estudiantes practicar a su propio ritmo mientras recibían instrucciones individuales y ajustes de posturas por parte del maestro.
Así, el método Mysore ofrece una experiencia apta para todos los niveles, desde principiantes hasta yoguis avanzados. Esto se debe a que la instrucción en la práctica no es generalizada, sino que los instructores guían a cada alumno individualmente, lo que permite una experiencia más profunda y personalizada.
¿Cómo se practica Mysore?
A diferencia de una clase de yoga guiada donde el instructor dicta cada movimiento, en el estilo Mysore, cada estudiante practica a su propio ritmo, mientras el maestro circula por la sala, proporcionando ajustes físicos y verbales para mejorar las posturas, adaptarlas a necesidades individuales o para ayudar a avanzar en la práctica.
Además, aquí no existe un horario estricto ni un periodo de práctica definido, pues los estudiantes llegan y comienzan su práctica en diferentes momentos dentro del horario establecido para la práctica, lo que crea un flujo constante de energía personal y concentración. Este enfoque permite una profunda inmersión personal en la práctica.
La estructura de una clase Mysore comienza con saludos al sol, seguidos de una serie de asanas de Ashtanga en secuencia. Los estudiantes progresan a través de la serie a su propio ritmo. Las primeras visitas pueden ser más cortas, aumentando la duración a medida que los estudiantes se familiarizan con la secuencia.
Los nuevos practicantes suelen comenzar aprendiendo pequeñas partes de la serie de Ashtanga. A medida que memorizan y avanzan en cada secuencia de posturas, el instructor añade gradualmente más posturas a su rutina.
Beneficios de la práctica de Mysore
La práctica de Mysore no es solo física; es una meditación en movimiento, diseñada para alinear cuerpo, mente y espíritu. Los practicantes encuentran en Mysore una herramienta diaria para el autoconocimiento y la transformación personal, haciéndola más que una simple rutina de ejercicio.
Mysore no solo promueve el fortalecimiento físico y la flexibilidad, sino que también ofrece beneficios mentales y emocionales, ayudando a los practicantes a desarrollar resiliencia y manejar el estrés más efectivamente. Este enfoque de atención plena y personalización hace que la práctica de Mysore sea particularmente efectiva y satisfactoria.
Este método ofrece una oportunidad única para que los practicantes construyan una relación profunda y consciente con su práctica, su cuerpo y su mente, dentro de un ambiente de apoyo y respeto mutuo. Es, en esencia, una invitación a vivir una vida más plena y presente.
¿Para quiénes se recomienda?
El estilo Mysore es ideal para personas que prefieren una estructura de aprendizaje que se adapte a su propio ritmo y necesidades individuales. Es beneficioso tanto para principiantes como para avanzados, ya que cada uno puede desarrollarse a su propio ritmo.
Además, se recomienda para quienes están dispuestos a comprometerse con una práctica regular y que valoran la autodisciplina. En este sentido, la naturaleza de la práctica Mysore fomenta la responsabilidad personal y el desarrollo de la fuerza interna.
También es excelente para personas con horarios variables, ya que pueden llegar en cualquier momento dentro del horario de la clase. Y es un estilo adecuado para quienes tienen lesiones o condiciones especiales, ya que el instructor puede modificar la práctica para ajustarla a necesidades específicas.
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